La escuela que tenemos hoy se ha sesgado al racionalismo
económico y condicionado a la rentabilidad de la educación para el trabajo;
entendiendo al trabajo no como el proceso de humanización del ser humano, sino
el empleo para la subsistencia, para producirle capital a otro.
En la educación primaria y secundaria cuando la jornada
única habla de otorgar dos horas más para matemáticas, ciencias y lenguaje, está
pensando con una concepción funcionalista, porque el mercado necesita, por
ejemplo, matemáticos e ingenieros; pero donde la formación recreativa,
gimnástica o artística está supeditada. La pregunta es obvia ¿por qué todo
mundo tiene que ser matemático?
Todas las reformas que se le han hecho al sistema educativo
nacional en las últimas dos décadas han dejado a la educación reducida a una
formación de competencias, dispuesta a la instrumentalización para formar
operarios útiles a la productividad económica.
También se evidencia en la intención de desaparecer los tres
años de preescolar y la crisis de la educación superior. “Regalar” becas
—condicionadas a una larga lista de factores— es un desconocimiento grave de la
raíz del problema. Los estudiantes de secundaria no acceden a la universidad
superior no por problemas de calidad en la escuela pública, es que ni la
universidad ni pública ni la privada tienen la capacidad de soportar la demanda
demográfica.
Son miles los aspirantes a entrar a un semestre de cualquier
carrera en una universidad pública, para decenas de cupos. Muchos de esos
descartados tampoco pueden ingresar a una universidad privada, porque es
absurdamente cara, un semestre cuesta 2.600.000 para un padre que sobrevive con
menos de dos millones mensualmente. La cobertura del Sena tampoco alcanza a
soportar semejante cantidad de pedidos.
¿Qué pasa con los miles y miles de jóvenes y adultos que no
tienen una posibilidad?, ¿están condenados? En esa mercantilización son muy
contados los institutos tecnológicos con buena educación. A los de garaje solo
les importa recibir jóvenes para enriquecerse.
Hace lustros el gobierno no abre una nueva universidad
pública y las actuales las está dejando acabar por falta de financiación.
Semejante conducta es profundamente nociva porque agranda la injusticia social.
En resumen, el sistema educativo en Colombia ha olvidado y
se ha distanciado de la educación humanista de un ser humano integral, ético,
cultural, social, para pasar a estar concentrada en el saber hacer. Como el
mercado sólo necesita operarios que no piensen sino que provean, cada vez es
más difícil para un profesional, que crece en su carrera académica, conseguir
trabajo, porque las empresas no los necesitan y, si lo consigue, es en
condiciones bastante precarias.
La imposibilidad de formación antes de los 5 años, la
ausencia de una educación con calidad durante la media y la secundaria y la
restricción del acceso a la educación superior, preferiblemente profesional,
derivan en una meritocracia limitada, las clases más pudientes se aseguran con
mejor educación los trabajos mejor remunerados.
Todo este cuento para tener mas mano de obra barata; mas bobos utiles y mas ignorantes fáciles de manipular, mas ignorantes de las politicas del estado; eso es lo que quieren las clases altas del estado. Además volver alos años 80 en mis tiempos de escuelero de doble jarnada con restaurante escolar alimentado con pura bienestarina, chocolate y fideos para aguantar 12 Horas al día; 8 de trabajo, 1h para desplazar se, 1 hora para alistar se, y dos horas para trabajo extraclase.
ResponderEliminarQue verraquera.....Para tener calidad educativa con los pobres que somos muqchos y los ricos pocos y no estudian en colombia he, o tienen su liceo pedagogico exclusivo de ricos, no acto para pobres.
Mi pregunta
porque solo hay una universidad pública del estado "gratis"?