El Ministerio de
Educación quiere convertir la articulación de la educación técnica en los
grados superiores en una sustitución de una verdadera educación profesional. Es
importante recordar que la Ley General de la Educación partía de la modalidad
de educación académica para 10º y 11º, junto a la educación técnica, es decir, planteaba
dos tipos de educación en un proceso de integración de la teoría y la técnica
que aprendían los estudiantes; potenciaba sus habilidades y les daba la
posibilidad de que asumieran determinadas carreras u oficios, que no
exceptuaban estudiar una carrera profesional, técnica o tecnológica.
Con el plan de apertura
educativa de Gaviria se perdió la posibilidad de mejorar la educación técnica
para que fuera un verdadero beneficio del sistema educativo. Desde ese
entonces, lo que se ha hecho es desmontar de manera progresiva este tipo de
enseñanza.
En los últimos años se
ha generado un proceso de articulación con el Sena y otras instituciones que en
muchos casos llegan a modificar y desconocer los PEI, imponer énfasis que
refuerzan el concepto de capital humano, de educación para el empleo y no para
la formación de seres humanos.
En este sentido, el
proceso educativo público que se debe dar desde el preescolar hasta el
universitario o superior, es decir, una formación progresiva integral para
instruir a los estudiantes de acuerdo a sus habilidades, capacidades, intereses
y expectativas, ha desaparecido. En su reemplazo, apareció una educación
relacionada con lo laboral, en el sentido de formar consumidores y trabajadores
sumisos.
Esta formación para el
empleo tiene un vicio intrínseco, en la desarticulación de la educación para la
profesionalización del ser humano, se ha fortalecido la educación informal a
los estudiantes de estratos 1, 2 y 3 y la capacitación para un empleo precario.
En contraste, FECODE
defiende la educación técnica durante la media, como una transición hacia los
estudios universitarios o tecnológicos, en los fundamentos de una organización
secuencial y progresiva como parte de la educación básica, que articule teoría
y práctica, y fortalezca la formación humana, la dignificación humana, en
instituciones con excelente infraestructura.
En el Plan Nacional de
Desarrollo 2014-2018, el gobierno acuñó la política que está aplicando
actualmente. La nueva propuesta de educación terciaria cumple las metas del
Banco Mundial, para mostrar resultados de ingreso a educación terciaria, no
superior (el gobierno ‘mete en una bolsa’ todos los estudios después de la
media: universitarios, técnicos, tecnólogos, de garaje y hasta cursos
semipresenciales, solo para decir que se cumple con la cobertura de estudios
superiores).
El trasfondo es el tema
de para qué se educa y por qué se educa. Si se dice que la educación hace que
el ser humano mejore, esta debe ser una formación integral. Una educación
técnica no debe formar exclusivamente para el trabajo, que imparte
conocimientos básicos o necesarios para un trabajo deficiente con un salario
mínimo. Por el contrario, debe ofrecerle formación práctica y teórica al joven
graduando para complementar, una vez decida, qué carrera seguirá en su vida.